Como Covid-19 Enciende el Evangelio
La propagación rápida de Covid-19 nos ha llegado a todos por sorpresa. Nos ha sacudido fuertemente y esto ha causado un nivel de pánico hasta a la persona más tranquila.
Pero la perseverancia está en el ADN espiritual del cristiano.
Mientras lees esto, Dios permanece en su trono, seguimos siendo sus hijos amados y así como proclama la Biblia, hoy sigue siendo el día de la salvación para aquellos que aún no han escuchado el evangelio.
De hecho, las oportunidades para compartir el evangelio están floreciendo en medio de estos tiempos difíciles en los cuales nos encontramos hoy en día. Aunque todos necesitamos seguir las recomendaciones de distanciamiento social, el mundo digital nos abre un nuevo mundo entero de oportunidades para alcanzar a amigos, colegas, y seres queridos con el único evangelio que salva.
Detallaré más sobre algunas avenidas digitales en un blog en el futuro, primero quiero examinar por qué Covid-19 ha creado una oportunidad tan única para proclamar el evangelio. Ha elevado los sentidos de todos en por lo menos cuatro cosas importantes que sabemos que son verdad. La naturaleza frágil de la vida, la inestabilidad del mundo, la depravación del hombre, y finalmente, una pista de algo mejor que estar por venir.
La naturaleza frágil de la vida
No es ninguna sorpresa para alguien que ninguno de los 6+ mil millones de personas en el planeta, hace 125 años ya no permanecen hoy en día. Lo mismo será para todos nosotros dentro de 125 años de hoy en día. La vida va y viene. Sin embargo, cuando algo como Covid-19 aparece, no podemos guardar estadísticas como éstas en nuestras mentes. Estamos confrontados con el recordatorio cada día y durante cada minuto de los reportajes de noticias que nuestras vidas son realmente un vapor – aquí hoy y ausente mañana.
Esto crea una puerta para hablar abiertamente sobre la naturaleza frágil de la vida. Y cómo por naturaleza deseamos algo que no es frágil, pero es inquebrantable, inamovible, y eterno. Este deseo solamente puede ser satisfecho por Cristo. Claro, esto era la verdad antes de Covid-19 y será la verdad ahora y después, pero la gente está más abierta a la salvación de Cristo ahora.
La Inestabilidad del Mundo
Todos deseamos estabilidad. Queremos confiar que todo va a estar bien – y que permanecerá de esa manera. Aunque sabemos que el mundo no nos ofrece esa promesa, el ser humano todavía lo espera, lo desea, y lucha por él. Cuando algo como Covid-19 surge, abre las cortinas para que todos veamos que la esperanza de estabilidad en este mundo es inapropiada. Desde nuestros sistemas financieros y cadenas de suministros hasta la protección de amenazas a nuestra salud pueden ser desestabilizadas en un abrir y cerrar de ojos. Todos estamos confrontados con la verdad que ha estado presente desde Génesis 3 – el mundo está quebrantado.
Nuestro trabajo es ayudar a los demás ver que la expectativa de la “estabilidad del bien” no es una esperanza falsa – es solamente equivocada. Hay estabilidad en Cristo. Él es el mismo ayer, hoy y mañana. Él siempre lo es. Él es el Alfa y el Omega. Él ofrece una inimaginable estabilidad – el perdón para siempre de nuestros pecados y la seguridad en Él para toda la eternidad.
La Profundidad de la Depravación
La noción que “la mayoría de la gente es buena” se pierde durante un pánico masivo. La mayoría de la gente está inundando las tiendas para comprar mucho más de lo que en algún momento necesitarían para su preservación propia. De hecho, presiones externas tienen que ser implementadas a las multitudes por organizaciones o gobiernos locales/federales para forzar buena voluntad. Hay gente peleándose sobre papel higiénico en algunos lugares.
Papel higiénico
Este es solamente un pequeño ejemplo, pero recalca el problema más grande. El ser humano, debido a su naturaleza pecadora, no es propenso a ser misericordioso ni gentil – es propenso a pelear por “el número uno” – sí mismo. El papel higiénico puede ser un ejemplo gracioso ahora, pero si la escasez seria de comida, agua, y otras cosas esenciales para vivir, el comportamiento del ser humano no sería mejor – sería peor.
Que tiempo tan perfecto para hablar sobre Él quien no es así. Él quien dejo al lado Su gloria con el Padre, Su dominio sobre toda la creación, Su autoridad sobre todas las cosas en el cielo y en la tierra – Él quien se hizo “menos que los ángeles” (a quienes Él creo) para que Él pueda vivir con nosotros, sufrir con nosotros, y aguantar toda tentación. Él altruistamente vivió entre nosotros perfectamente y con la plena inocencia como el único Dios-hombre para crear un camino para nosotros para ser redimidos por toda la eternidad. ¿Qué gano Él? ¿Fama? No. ¿Fortuna? No. ¿Admiración? No. Al ganar nada, Él dio todo para redimir a todos a quienes Él llamo.
La Chispa de Algo Mejor
En medio de estos ejemplos, encontramos chispas de algo mejor. Vemos actos de altruismo como personas donando dinero, bienes, y servicios a organizaciones y personas necesitadas. Encontramos a otros haciendo mascaras a mano para mandar a hospitales y servir como voluntarios para dar de sus talentos para ayudar de alguna manera. Es algo hermoso ver.
Sin embargo, nuestras acciones de bondad son limitadas, intermitentes, y muchas veces poco fiables – el que te ayuda hoy mañana te puede hacer daño. Y aun peor, después de Covid-19, otro ejemplo de lo quebrantado de este mundo nos espera en la otra esquina. Es un círculo vicioso alimentado por la Caída.
Entonces debemos de fijarnos en la Caída. Es el ejemplo máximo de la inmoralidad al rebelarnos en contra de Dios. Y no como nosotros, Dios no “trato” de arreglarlo. Él perfectamente lo atendió a través del sacrificio de Su Hijo.
Mientras nosotros somos inconsistentes con actos de altruismo, Jesús, al haberse dado el Mismo, es la personificación del altruismo para toda la eternidad. Nuestros actos intermitentes de bondad indican a algo mejor – Alguien mejor – Él quien no es intermitente, pero murió por todos nosotros para que todos nosotros podamos descansar en la seguridad de la salvación. Y es Él quien algún día hará todo nuevo. Amen.
No cometan el error, Covid-19 es un peligroso virus, y requiere que seamos inteligentes en cómo nos acercamos a otros. Pero las oportunidades de compartir la única esperanza que importa son muchas. Yo oro que usted las aproveche para la gloria de Dios.
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