Conectando a Otros con Cristo
Quiero desafiarte a pensar un poco diferente acerca del evangelismo y de cómo lo has hecho en el pasado; viendo cada conversación como una oportunidad para ser un vínculo en la conexión de alguien con el Salvador.
Sin embargo, para pensar de esta forma, hay una concepción errónea del evangelismo que debemos abordar.
Superando la mentalidad del todo o nada
Cuando compartimos nuestra fe, nuestro pensamiento es que cada conversación evangelística debe ser todo o nada. Sin importar el contexto, el tiempo que tienes disponible, o el entendimiento que tiene la otra persona sobre Dios, piensas que si no presentas el evangelio completo a la persona fallaste como evangelista.
Quisiera cuestionar esto con dos historias de mi propia vida.
La primera historia es muy corta.
Como parte del equipo del ministerio carcelario, estuve hablando con un joven prisionero en el patio. Le compartí el evangelio utilizando un tratado y tuve la maravillosa oportunidad de presenciar como confió en El Señor como Su Salvador.
La segunda historia necesita un poco más de explicación.
Tenía un amigo no creyente. Su hermana desesperadamente quería que creyera en Jesucristo. Era un ateo militante y no sentía ningún tipo de pena en decirme lo tonto que era para él pensar que existía un Dios. Nos reuníamos para ver deportes en la televisión , íbamos al cine, o simplemente salíamos a pasear – y casi todo el tiempo, Dios proveía pequeñas oportunidades para que yo le pudiera compartir un poco de mi fe. Algunas veces caíamos en discusiones profundas sobre la vida, la religión, la moralidad, y muchas cosas más. Sin embargo, mientras que yo siempre le hablaba desde un punto de vista cristiano, nunca sentí que podía compartirle el evangelio de salvación. Cada conversación me dejaba claro que él no estaba preparado. Al final mi amigo se mudó y mi último compromiso con él fue el de enviarle audio libros que pensaba que podían motivarlo a cambiar su punto de vista.
No había pasado un año cuando ya había confiado en Cristo como Su salvador.
¿Me sentí enojado o con remordimiento porque no tuve la oportunidad de llevarlo a Cristo? ¿Sentí que no entendí la dirección del Espíritu Santo y que perdí la oportunidad de llevarlo a Cristo?
¡Por supuesto que no!
Dios tenía un rol diferente para mí. Mi rol no era el de ser el punto de conexión final en su viaje a Cristo. En realidad, no tengo ni idea de quien lo llevo al Señor – pero estoy feliz de que fui un punto de conexión en la cadena de su viaje.
Ahora, ¿cuál de estas dos historias es un ejemplo de evangelismo?
¡Las dos! En cada encuentro, y muchos otros como esos estos, estaba esperando una oportunidad de compartir el evangelio, y me sentía feliz por lo que el Señor ponía en mi corazón para compartir en cada ocasión.
Mi punto es: El evangelismo exitoso no es solo un momento en una conversación donde compartes el mensaje de salvación. El evangelismo es un estilo de vida que busca glorificar a Dios al representarlo en la vida de aquellos a quienes conoces. Sí, siempre estás buscando una oportunidad para compartir el evangelio. Pero ¿qué pasa si un no creyente está batallando con una mala experiencia que tuvo en la iglesia a la que fue invitado, con una situación de abuso en su casa, o está luchando con el pensamiento de cómo un Dios amoroso pudo permitir la pérdida de un ser querido?
¿Tomarse tiempo para trabajar esto desde un punto de vista cristiano te hace ser menos evangelista si la oportunidad de presentarle el evangelio no se presenta? No lo creo.
Cualquiera que sea el propósito que Dios tiene para ti en el viaje de alguna persona hacia Él, cúmplelo con pasión, buscando honrarle en todos tus encuentros con otros. Entra en cada conversación cubierto en oración, buscando la oportunidad de compartir el evangelio, pero aceptando también cualquier oportunidad que Dios te dé para reconocerle en la vida de las personas con quienes hablas.
Cuando hagas eso, te encontraras floreciendo en la aventura inesperada que es la de ser un constructor de vínculos.
Les dejo con esto. Es uno de mis pensamientos favoritos del evangelista Cliffe Knectle.
“Una persona que viene a Cristo es como una cadena con muchos vínculos…hay muchas influencias y conversaciones que preceden a la decisión de una persona de confiar en en Cristo. Yo conozco el gozo que se siente el ser el primer punto de conexión en el eslabón, en algunos casos, ser el vínculo del medio usual y ocasionalmente ser el último punto de conexión. Dios no me ha llamado a ser únicamente el último vínculo de conexión. Él me ha llamado a ser fiel y a amar a todo el mundo.”
Dios no te ha llamado solo a ser el último punto de conexión todo el tiempo. Estas llamado a ser Su embajador en la vida de otros en todos los roles que tenga para ti.
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